miércoles, 16 de marzo de 2011

Comentario al comentario de Amilcar. ¿Angustia, ser, nada: estados emotivos? ¿"lamentablemente" significar? En ST, ¿hablamos de articulación de la estructura del ser hmano, estados emotivos, entendimiento, lingüistíca? Comentario 2/5

Me explico: mi redacción sin duda puede llamar al equivoco, señalaba solamente como estado emotivo sin objeto a la angustia (anticipación ante el peligro, pulsión de auto conservación del Yo, etc.) que "experimentamos", también como el ser y la nada... ¿Cómo experimentamos el ser y la nada?... la angustia nos permite esa apertura (quizá en cuanto posibilidad de ser, como ser, y en cuanto imposibilidad de ser, como nada; si lo circunscribimos al tema nietzscheniano del poder)... Pero, ¿cómo lo experimentamos?, ¿cómo tomamos consciencia de ello?...  La experiencia "lamentablemente" la debemos expresar, es decir, significar... se vuelve palabra, concepto, lenguaje...  Sin duda "el lenguaje es la casa del ser", pero la crítica posterior a Heidegger nos ha planteado que hay una abismal diferencia entre lo dicho y el decir, desde Lévinas, pasando por Ricoeur, Gadamer y llegando a Vattimo... unos se quedaran del lado de lo dicho para decir: la hermenéutica... otros, del decir, en cuanto decir: la ética, la relación cara a cara.
De este ultimo lado, del de Lévinas se puede decir, "lamentable" la significación, que cosifica, totaliza y genera violencia... si queremos radicalizar un poco la postura, diríamos que "el hablar es la casa del ser"... que la relación intersubjetiva está por encima  del análisis hermenéutico de un texto o un discurso o una obra (o por debajo... siempre y cuando, esta posición no enmascare relaciones de dominación y violencia).  En el análisis sobre la obra de arte, Lévinas pondrá el ejemplo, comparando el decir y lo dicho, con la creatividad y lo creado, es decir, con la santidad y la idolatría... toda cosificación, toda obra, toda conceptualización, es finitud y solo funciona (sirve, en sentido utilitario) si nos hace accesible la infinitud, la alteridad y la trascendencia.  Y esto solo lo posibilita el otro.  Solo el rostro del otro, en la relación cara a cara permitirá esto.
Ricoeur, secundará con significativas modificaciones y diferencias esta postura... no hay más juicio ético, que el juicio moral en situación... lo concreto, lo particular, lo específico, dentro de un contexto cultural e histórico... lo ético se concretiza en lo moral situado...  La ley universal (de la ciencia y de la técnica; de la política y de la economía; incluso del paradigma de conocimiento), es decir, lo dicho; solo se entiende (se interpreta) en la aplicación particular, es decir, en el decir.
Aquí puedo señalar tres rasgos de diferencia de la fenomenología con el psicoanálisis: (1) la fenomenología se mueve en el ámbito de tomar conciencia de las cosas que ahí están, busca el sentido de lo vivido en forma fáctica; mientras que el psicoanálisis busca otro texto en el texto de la conciencia; (2) la fenomenología plantea un ejercicio de libertad, porque pone entre paréntesis los posibles condicionamientos; mientras que el psicoanálisis de esclavitud al subrayar la coacción que generan los condicionamientos que presupone; y, (3) la fenomenología (quizá especialmente la elaborada en la crítica a Heidegger) no puede reducir la relación intersubjetiva a una técnica analítica, el psicoanálisis en cambio sí.
Por último, en la experiencia del insomnio, se descubre el ruido del silencio, lo que hay, cuando nada hay... el horror de la noche, nos permite experimentar el horror de ser... el "Il y a", levinasiano, nos coloca más allá de la pregunta heideggeriana del "¿por qué es el ser y no más bien la nada?"... entonces ¿el ser y la nada solo son accesibles también como estados emotivos?... en la angustia ante la posibilidad de la imposibilidad (Heidegger) o ante el horror de ser (Lévinas)...
Esto nos conduce a tu última observación, que quisiera abordar en otro comentario: estados emotivos y comprensión (entendimiento) se articulan en la estructura fundamental del ser humano, que luego se expresa lingüísticamente... parece ser que así es, seguimos siendo inteligencias sentientes... el problema es que seguimos encerrados en el sí mismo, en el "cuasi" (perdón el sarcasmo) omnipresente y omnipotente yo... seguimos en el solipsismo, en el encierro que imposibilita la trascendencia, la alteridad... quizá incluso la ética...

lunes, 14 de marzo de 2011

El ser

Gustavo Yela
¿Porqué el ser y no la nada?    Hace rato que en Guatemala percibimos, captamos (tenemos la sensación) del no ser –del no bien-  del no sentido; como que la nada campeara, como que el no-ser, el no-sentido quisiera seguir no siendo permanentemente y eso porque los no-partidos políticos, el no-sistema económico, la no-moral del poder económico y la no-participación del no-pueblo nos propusiéramos fabricar ausencia de ser y de sentido, de justicia y de paz; como que a la manera que lo dice San Agustín, existiera una causa deficiente en lugar de una causa eficiente y entonces nuestra no-vida hace buen rato que se devana en  la nada.  Y como que la nada al nadear permanentemente hubiera tomado carta de nacionalización, sin embargo como es nada no obra eficientemente sino que de- construye, desanima, destruye, debilita, desdimensiona, desmarca, sirve de nada.
Si echamos un vistazo a los diferentes campos, por ejemplo, al de la educación, la nada desistematiza lo nunca sistemático, se desaprende permanentemente, se desdibuja un posible sentido del que-hacer educativo y el no ser del no-conocimiento como que campeara irónicamente en una sociedad que tanto necesita de reflexión y de conocimiento.
Y no digamos el no ser del no-desarrollo humano como que hubiera encontrado el ámbito y las condiciones apropiadas para no-ser, para no desarrollar; como que percibiéramos el misterioso caos de la nada y como que los guatemaltecos en medio del no-desarrollo nos hubiéramos acostumbrado a ese no-ser, a esa no-realidad amorfa y desintegrante que propicia la no-vida.  
Así que los guatemaltecos cuando se nos habla de la nada, ya estamos familiarizados con el nadear de la nada, con el sin sentido existencial, con el sin identidad nacional, con  la no-paz, la no-justicia y el no-equilibrio económico del no ser social y por si fuera poco hasta el no ser futbolísticamente contribuye a querer no ser guatemaltecos.
De tal manera que la pregunta en nuestro medio se invertiría: ¿porqué la nada y no el ser?.
Si el ser apenas es,  si el ser tiene tan poca oportunidad de ser.  ¿porqué el ser ha perdido su lugar?   Y cuando se dan algunos alcances, logros y alegrías, luego se desvanecen con el no ser de la violencia, con el no ser de la corrupción y el no ser, en  medio de la inconsistencia y del dramatismo.
A tal extremo que hasta podríamos burlar las categorías ontológico-epistemológicas y sin temor a fallar podríamos afirmar que el no-ser ya es, en nuestra región; que estamos tan habituados al no ser que ya lo categorizamos, que ya el no ser nos es familiar y que hasta necesitamos de ser no-ser, en esta sociedad que la hemos hecho hija del no ser.
De tal manera que podríamos decir dramáticamente que el no ser campea sarcásticamente sobre lo que aún queda de ser.
Entonces, así  las cosas, el no ser ya es; el no ser de la actitud mental, el no ser de la voluntad, el no ser de la democracia, el no ser de la desconfianza en  nosotros mismos y en los demás, especialmente de los que han promovido el no ser; por ejemplo el no ser de una Iglesia desdibujada de cristianismo, el no ser de los políticos sin bien común, el no ser de los empresarios egoístas e insensibles y el no ser de la población maltratada y escéptica.
Sin embargo y con toda esta panorámica desoladora: ¡el ser ahí está! permanece, tal vez la sensación del no ser nos inunda, nos angustia, nos desequilibra y hasta nos hace pensar que el no-ser es.  Posiblemente esa sensación frustrante del no ser nos desilusione y nos haga decaer.  Pero caemos en la cuenta de que el no-ser lo sufrimos y lo percibimos porque precisamente existe el ser.   Y el ser humano tiende y busca al ser, más que al no ser.  y muchas veces motivados por la experiencia del no ser buscamos con mayor esfuerzo al ser.  Y esa podría ser nuestra oportunidad; que cansados del no-ser, hartos del no-ser, buscáramos al ser. Y lo interesante sería que esa debilidad, esa carencia del no ser se convirtiera en el impulso y en la mística para aspirar al ser.  Y en esa búsqueda del ser posiblemente nos vamos percatando realmente de que el no ser no es y que  a veces nos dejamos invadir de esas categorías de no ser; pero en realidad lo único que realmente es, es el ser y que ese ser conlleva lo grande y lo pequeño, lo bello y lo feo, la justicia y la injusticia, el amor y el odio, la riqueza y la pobreza y que todas son facetas del ser y que el ser está ahí, rodeándonos, abarcándonos, envolviéndonos y dándonos la oportunidad para que le descubramos y para que el sentido vuelva a tener sentido.
Y entonces el ser sigue teniendo vigencia, sigue siendo lo que siempre ha sido: el ser.  Y nos percatamos de que el no-ser es no-ser pero porque hay y existe el ser.
Por lo tanto el ser de la justicia, del equilibrio económico, de la paz, del conocimiento, de la democracia son posibles, sólo basta que los descubramos y nos propongamos construirlos y que más bien la profunda experiencia del no-ser sea nuestra más grande motivación para permanecer en el ser; aunque de momento y de muchos momentos no aparezca ni parezca el ser.
Es importante que todos los signos de ser como la justicia, la paz, la solidaridad, etc. que esos signos aunque sean escasos o los percibamos poco, es importante que nos afiancemos a esos destellos de ser para ir haciendo el camino que hemos desandado.
Y realmente qué espectáculo sostiene el ser con todos los entes, qué diversidad, qué fascinante y apasionante el mundo de los entes y el ser que  les da la entidad de ser a esos entes.   Realmente vale la pena estar formando parte de esa constelación de seres y además, de ser los seres que interpretan, analizan y dan sentido al resto de los demás seres.   Cuanto valor, cuanto sentido, cuanta armonía, como una gran orquesta en donde cada uno emite las  ondas complementarias de unos para con otros, formando así el maravilloso espectáculo del ser.
Y es tan interesante el mundo de los entes que el  común de los mortales se entretiene toda su vida en determinado ente: el ente social, el ente psicológico, el ente natural, el ente religioso, etc. y consagra todas sus energías para estudiar su propio campo.   Sólo algunos seres extraños, llamados filósofos, como que estuvieran hechos de otro material, se detienen a pensar que no sólo existen los entes sino que también el ser y, es más, ese ser, es el que fundamenta a los entes.
Pues bien, si el ser es el fundamento de los entes y los entes son tan apasionantes; cómo entonces será la experiencia fundante y trascendental del encuentro con el ser y entonces, tienen razón los filósofos de dejarse impresionar por el ser; porque comprendiendo, experimentando o intuyendo el ser, la totalidad, se puede comprender y disfrutar también a cada ente, porque el ser fundante posibilita y apertura  la disposición  y actitud filosófica de comprender mejor cada uno de los entes, por pequeños que parezcan.
Y entonces, ahora sí, a la pregunta  ¿Por qué el ser y no la nada? ya podemos intuir la posible respuesta, incluso  ya lo mencionamos al decir que el ser es el fundamento de todo, de que el ser es el que le otorga consistencia ontológica a los entes; por tanto los entes necesitan del respaldo del ser para poder ser lo que son.   La entidad de los entes no posee autonomía sino que necesitan del ser para poder ser y porque ellos son, el ser es.
Y entonces podríamos preguntarnos ¿Por qué los entes? Y la respuesta obligada sería: porque ahí está el ser.
Si está el ser y están los entes no falta nada, la nada no hace falta porque la nada, nada es, por tanto es un conglomerado de seres, una fiesta de sentido, es una explosión de plenitud, porque cada ente goza de la entidad necesaria del ser para poder ser;s en conclusión, nosotros seres humanos, al detener nuestra mirada en el cosmos, podemos tener una sensación de serenidad porque el ser es.

jueves, 10 de marzo de 2011

Heidegger y su invitación al encuentro del ser: una lección de humildad

Fernando Jeréz

La abertura absoluta de la vida, siempre total, completa y compleja como un puro flujo de conciencia a-subjetiva, siempre irreductible por su misma totalidad es el mundo. Este mundo al que somos arrojados como creaturas indefensas para la vida; para poder vivir solos y subsistir por nosotros mismos, nos hace necesario inevitablemente siempre alguien más. Incluso para pesar ¿podríamos decir algo sin alguien más? ¿podríamos incluso pensar sin alguien más? Es indudablemente imposible… para todo necesitamos lenguaje y no seria nada el lenguaje sin alguien más con quién lo co-construyéramos.

Al igual que las estrellas en el cielo nuestro ser es siempre único. Es una palpitante luz que brilla e ilumina con poderosa intensidad  a millones de seres sensibles a su luz y que se comunican con ella emitiendo su propio destello de energía aun en el silencio y la obscuridad más absoluta.

Como luces que se encuentran dispersas en la inmensidad del cosmos formamos constelaciones con las estrellas con las que nos comunicamos. Nuestra luz y su luz se tocan formando figuras, sistemas de estrellas; luces, colores, formas, substancias distintas que se conjugan para formar algo distinto, algo nuevo y único formado únicamente por la magia que se produce en la conjunción de  seres absolutos.

Hay algunas estrellas que su naturaleza consiste en devorar a otras estrellas, tragarse su luz, consumirlas, devorarlas; descomponerlas. Estos “agujeros negros” a pesar de su inmenso poder son imperceptibles, no podemos verlos. No son. Solo sabemos de su existencia a partir del efecto visual que genera la curva de la luz que devora su poderosa energía. Como algo que se encorva sobre si mismo y desaparece, como una nada que se deja ver en su capacidad de afectar. ¿Cómo sabríamos de la luz, sino hubiera que iluminar? Solo sabemos que hay porque hay y no solo no hay, porque sino hubiera simplemente no hubiera cosa posible. Lo posible se da en lo que esta, en lo que es, en la infinita capacidad de conjunción de lo que se da.

¿Desaparecer sobre nosotros mismos o brillar con los otros, formar constelaciones? La luz es simplemente luz, el brillo es simplemente brillo. No es más que el efecto visual que se general con la energía que consume un algo en su existir, cuya energía brota de sí mismo; como una hermosa flor que florece de un simple y minúsculo botón verde. El tiempo en el que ese destello se mantenga, el tiempo en el que esa energía siga fluyendo hasta que inevitablemente se desvanezca y se haga uno con la inmensidad de la obscuridad absoluta de la nada carece de importancia. Lo importante es que brilla, que esa energía esta y fluye y hace algo.

¿Que importancia tiene esto? Una estrella no es mas que una estrella,  infinita e inalcanzable, a miles de millones de kilómetros de distancia unas de otras. No podemos captar la totalidad de una estrella, simplemente captamos su destello luz y por eso la definimos.

Cada ser es una estrella, que como tal, solo captamos un ápice de su inmensa complejidad: su luz, sentimos su calor, vemos las plantas crecer gracias a la energía que irradia, pero no se reduce ni se limita ya sea a su luz, a su calor o a su energía. Erróneamente hemos confundido la estrella con su luz o su energía.
Captamos algo de ellas, formamos conceptos, juicios, le damos rostros humanos, las formamos en constelaciones con nuestra creatividad y nuestra necesidad de hacer inteligible ese algo que nos invita a conocerle. Con el tiempo nos olvidamos de su ser, quedándonos con las abstracciones que hacemos de ellas, nos quedamos con el ente y olvidamos que detrás del ente esta la totalidad de la existencia, del ser como absoluto irreductible.

En nuestro caso, como seres humanos tendemos a la misma reducción cuando se refiere a las demás personas. Constantemente nos damos un rostro fijo, un punto anclado a una propiedad que consideramos la fundamental, olvidando nuestro ser. Se nos olvida que somos más que energía pura, que luz pura, que iluminación y luminosidad, somos incluso más que la suma de nuestras propiedades o de los efectos que nuestras propiedades generan sobre los otros seres.

¿Acaso no es la historia el imponerse del ser? ¿Del ser que se reivindica a si mismo sobre las reducciones que hacemos y que congelamos en las ideas, en los conceptos y en el tiempo?. La forma en la que la dignidad de la vida se reivindica siempre como absoluta irreductible y nos demuestra nuestra ilimitada capacidad para aprehenderla dándole a nuestra razón una profunda lección de humildad.

Siempre en la historia hay unos mas atentos que otros, que comprenden mas rápidamente que otros esa lección. Pero fácil es confundirse y reducir el sol a su calor, fácil es olvidarse que más allá del calor hay una estrella inmensamente compleja que desborda todo concepto y categoría
.
Todo manifestarse esconde un infinito, una magia que nos llama y nos pone a prueba y nos desafía constantemente. Como pescadores desesperados y hambrientos que metidos en un rio inmóviles con las manos sumergidas en el agua, esperando que la corriente haga que un pez caiga en nuestras manos y cuando este finalmente cae las cerramos con fuerza y cuando creemos que lo tenemos en ese preciso momento se nos escapa, de la misma forma el ser se nos escapa cuando lo eclipsamos con algo que es.

Si algo hemos de aprender del mundo, del sol, las estrellas o los peces del mar es que nunca habrá algo que capture su totalidad. No habría más historia, si llegara esto a suceder. No habría creatividad y si para algo sirve el sol, más que para darnos luz y calor es para que darnos cuenta que, de la misma forma, nuestra razón es tan pequeña con respecto a nosotros mismos, como lo es el minúsculo destello de luz que alcanzamos a ver de una estrella con respecto a la estrella misma.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Introducción a la metafísica (esquema AD)


(Curso 1935)

I.     La pregunta fundamental de la metafísica: ¿Por qué hay seres y no más bien nada?
1.   La pregunta (1/3)
           i.    A todos ha rozado
          ii.    Es prioritaria porque es la más amplia, profunda y originaria
        iii.    Implica un salto fuera de la seguridad del prejuicio
2.   La filosofía es este preguntar (1/2)
           i.    Es intempestiva
          ii.    No es habilidad o técnica, aplicable o útil
        iii.    Es pensar inaugural
         iv.    Ni filosofía ni metafísica son ciencia porque su preguntar es histórico
3.   La physis (ser para los griegos)
           i.    Intento por reconquistar la fuerza nominadora del lenguaje
          ii.    Physein, emerger auto-floreciente y perduración
        iii.    Physis = emerger y sostenerse por el que los seres devienen y permanecen observables
         iv.    ≠ disposición, regla, ley (thesis, nomos), costumbres (ethos), construir (tekne), historia
          v.    Determinación básica de la historia de la meta-física
4.   Las preguntas por el ser y por los seres en cuanto tales (2/3)
           i.    Suelen confundirse –pero preguntamos por el ser en cuanto tal.
          ii.    Ambigüedad on-onta/einai ~ entia/esse
        iii.    «Ontología»: hablar del ser –tal vez ya no hay que usar ese nombre.
5.   «Introducción a la metafísica»: conducir hasta el preguntar fundamental. (2/2)
6.   La pregunta (3/3)
           i.    Es ilógica, vacía, acientífica; principio y fin de la tradición filosófica; afín a la poesía
          ii.    Expone al no ser y la nada, en busca de el fundamento último, aunque oscilante, de la emergencia de los seres.
        iii.    Se refiere al carácter cuestionable de los propios seres.
7.   Preguntas previas: ¿Qué pasa con el ser y con nuestra comprensión de él?, ¿de dónde partimos?; ¿nombra «ser» el destino de Occidente?
           i.    Ser, incaptable inmediatamente e indeterminado, como la nada; su apelativo es igualmente confuso, evanescente, vacío.
          ii.    Dx del mundo (bi-polar) que ha olvidado el ser, la pregunta por el cual promete rearraigamiento.
II.     Acerca de la gramática y etimología de la palabra «ser»
0.   Consideraciones preliminares acerca del lenguaje y del ser: éste es ya sólo palabra desgastada; el lenguaje es también un ser; esencia del ser ó esencia del lenguaje; justificación del estudio de conceptos griegos
1.   La gramática de la palabra «ser»
           i.    Ojo: insuficiencia y desgaste de la gramática actual
          ii.    Definiciones de onoma y rhema
        iii.    Implicaciones de egklisis y ptosis: estar erguido, delimitado y acabado: telos, entelecheia, morphé, eidos/idea: ousia-parousia, pre-sencia, physis como fuerza imperante en la que lo presente se manifiesta/descubre (aletheia) como mundo
         iv.    Cont.: Heráclito: polemos-logos como diferenciación originadora, articuladora y ordenadora (constructora de mundo); luego, mero encuentro de seres ya dados y disponibles, mientras el ser se ha retirado
          v.    «Ser» = estabilidad: physis y ousía (lo que emerge y llega a estar de pie por sí mismo y así perdura).
         vi.    «Ser» = einai = esse: el in-finitivo y el sustantivo verbal: vacío semántico
2.   La etimología de la palabra «ser»
           i.    Sánscrito (vivir), indogermánico (emerger), germánico (morar)
          ii.    Problematizaciones (ver 72-58 – 73-66)
        iii.    Conclusión: confusión y vaciamiento semánticos
III.     La pregunta acerca de la esencia de ser
1.   «Ser» sigue en cuestión: desgastado, evanescente, indeterminado, ¿vacío x universal/gral?
2.   Punto de partida: los mismos seres, dejar que sean tal como son pero ello presupone entendimiento del ser (y del no ser), el cual es algo sumamente determinado en tanto totalmente indeterminado.
           i.    Lo más peculiar, incomparable (excepto con la nada…)
          ii.    «Ser» conserva su poder nominador.
        iii.    Punto de partida inconveniente puesto que «ser» no es género ni tiene especies; significado único
3.   Mejor punto de partida: el (necesario) entendimiento del ser
           i.    Si no lo entendiéramos, no habría lengua alguna ni hablaríamos ni seríamos humanos
          ii.    Tarea: aclarar y desenredar el entendimiento del ser, su sentido (lo que se manifiesta de alguna manera en el entender, lo que quiere decir)
        iii.    ST §§ 32, 44 y 65 (entendimiento e interpretación, apertura, devenir y preocupación): sentido de la pregunta por el sentido del ser: apertura del ser
         iv.    Los seres sólo se manifiestan como tales cuando ya entendemos el ser en su esencia.
4.   Puerta de abordaje: decir el ser: relación originaria «ser» y palabra/lenguaje
           i.    No: gramática, etimología o teoría del significado (forma-significado-referente)
          ii.    Esencia (del ser) = caracterización verbal
        iii.    Simpleza compleja del «es»: el ser se nos manifiesta de diversas maneras
a.   Ejs., esp. über allen Gipfeln ist Ruh (Goethe)
b.   ¡Para nada palabra vacía! (¿Depende su polisemia de los ámbitos referenciales?)
c.   No esencia sino rasgo común: presencia temporal y local, perdurar y consistencia, demorar y advenir (occurrence)
IV.     La limitación del ser (PENDIENTE DE DESARROLLO)
1.     Ser y devenir
2.     Ser y apariencia
3.     Ser y pensar
4.     Ser y el deber

miércoles, 2 de marzo de 2011

Aporte a lo hasta ahora escrito. Comentario 1/5.

Me ha llamado poderosamente la atención la distinción que hace Freud, entre angustia, miedo y terror.  La palabra que considero clave es la que hace referencia a esa anticipación o apronte ante el peligro; que lo constituye un estado emotivo sin objeto.  Distinto al miedo que sí tiene objeto o al terror que no ha tenido esa etapa anticipadora de la angustia. Esa atención sensorial y tensión motríz, que señala Freud, como angustia tóxica, que califica en última instancia como pulsión de autoconservación del Yo... lo describe todo magistralmente... pero leyendo este texto, recordé (sin minusvalorar el aporte de Freud, que es significativo), una crítica clara que hace Ricoeur al psicoanálisis en su libro: Freud: una interpretación de la cultura.  De manera especial cuando a la altura del Libro Tercero, sobre "Dialéctica: Una interpretación filosófica de Freud", en el capítulo sobre "Epistemología: entre psicología y fenomenología", en el apartado 4, señala que: El psicoanalisis no es la fenomenología.  Obra que comprenden sus conferencias que van del período del 1961. en la universidad de Yale, hasta el 1962, en la universidad de Lovaina.  Bien, pero, ¿qué es lo que dice? y sobretodo, ¿en qué ayuda a nuestro seminario?...

Primero lo que dice.  Menciono solo algunos párrafos, en donde los subrayados son míos:
"La fenomenología no engloba al psicoanálisis, sino que, por una diferencia casi imperceptible, nos ofrece tan solo una especie de comprensión del psicoanálisis, en el límite de sí misma" (340-341).
"El psicoanálisis no es una disciplina reflexiva; el descentramiento que efectúa difiere fundamentalmente de la "reducción", en cuanto está constituído muy exactamente por lo que Freud denomina "técnica analítica" y que engloba lo que Freud coloca bajo dos títulos diferentes: el método de investigación y la técnica del tratamiento... la fenomenologia es una modificación de la duda cartesiana sobre la existencia, el psicoanálisis es una modificación de la crítica spinozista del libre albedrío... mientras la fenomenología comienza con un acto de "suspensión", mediante una Epoché, que está a la libre disposición del sujeto, el psicoanálisis comienza con una suspensión del control de la conciencia, por el que el sujeto se hace esclavo..." (341).
"No hay duda de que el modelo perceptivo de lo inconsciente, en fenomenología, apunta hacia el inconsciente analítico, en la medida en que éste no es un receptáculo de contenidos sino un foco de intenciones, de orientaciones-hacia; brevemente, en cuanto que este incosciente es un sentido...(342) ...el psicoanálisis descifra otro texto en el texto de la conciencia... la fenomenología nos hace comprender que el sentido, vivido de manera efectiva, de una conducta desborda la representación que la conciencia adquiera de él; la fenomenología nos prepara de esta forma para comprender las relaciones de sentido entre los representantes pulsionales y sus derivados..."(343).

Evidentemente aquí Ricoeur, ya menciona su propuesta de desarrollar una Arqueología del Sujeto, ...de hacer una hermenéutica... que se concretizará de forma madura, años después con el Sí mismo como otro.

"Lo inconsciente está estructurado como un lenguaje, afirman Lacan y sus discípulos...(345)  ...Pero la interpretación lingüística [de Lacan], no constituye una alternativa de la explicación económica [de Freud]; solo sustrae esta última a la reificación, haciendo ver que los mecanismos correspondientes a la económica sólo nos son accesibles en su relación con la hermenéutica...(346)  ...Por alguna razón, Freud no toma en consideración el lenguaje al tratar de lo inconsciente, sino reserva su papel al preconsciente y al consciente...  La forma en que la pulsión llega al psiquismo se llama [para Freud] "presentación" (Repräsentant); se trata de un factor significante, pero no lingüístico todavía; en cuanto a la "representación" propiamente dicha (Vorstellung), ésta no es ya, en su textura específica, del orden del lenguaje: es "una representación de cosa", no "una representación de palabra"..." (347).

En este punto, Ricoeur introduce el problema de la metáfora, para pasar finalmente a la última objeción, que se refiere al tema de la intersubjetividad, que será el más amplio y extenso.

Hasta aquí creo que pueden encontrar respuesta la observación a la verbalización del "es" que menciona Ajbé que hace referencia a lo presentado (presente) y no a lo representado (representación), en relación al problema de "ser" en su doble connotación de existencia (en cuanto que es) y a su significado (en cuanto qué es); y también al problema lingüistico de la "nadificación de la nada" que señala Kefler, que representaría más un problema al interno de la representación de la representado... Por cierto, no sé si entendí correctamente sus comentarios, pero a estas alturas valió la pena suscitar este otro comentario...

"Sin duda es en el tema de la intersubjetividad donde fenomenología y psicoanálisis estan más cerca de confundirse, pero también donde se distinguen en forma más fundamental... ...es aquí justamente donde el psicoanálisis se distingue en forma más radical de todo cuanto la fenomenología puede comprender y producir con los solos recursos de la reflexión... el psicoanálisis es una técnica ardua... Jamás nos sorprenderemos bastante de tan audaz hallazgo: tratar la relación intersubjetiva como una técnica..." (355). ..."traducir" lo inconsciente en consciente y "suprimir la coacción" proveniente de las resistencias es uno y lo mismo...(357).  ...Y es también en ese punto donde el filósofo formado en la reflexión fenomenológica se siente y se sabe excluído de la comprensión viva de lo que sucede en la relación analítica.  La práxis analítica se distingue ahí en última instancia de cualesquiera equivalentes fenomenológicos imaginables.  La estrategia relativa a las resistencias toma, con la cuestión de la transferencia, una figura concreta..." (362).

A estas alturas podemos preguntar, ¿que tiene que ver Ricoeur con el primer Heidegger?.  Bueno, el planteamiento se circunscribe al ámbito de la fenomenología y cómo desde la percepción de la angustia, del ser y de la nada, se desarrolla todo el discurso que nos conducirá a Ser y Tiempo, el asunto es el estado emotivo de la angustia, del ser y de la nada, en cuanto experiencias que experimentamos y que lamentablemente debemos significar.  A Levinas le parecía más apropiado el horror de la noche:

"Noi contrapponiamo l'orrore della notte, "il silenzio e l'orrore delle tenebre", all'angoscia heideggeriana; la paura d'essere alla paura del nulla.  Mentre in Heidegger l'angoscia realizza l'"essere-per-la-morte", che in qualche modo viene colto e compreso, l'orrore della notte "senza via d'uscita" e "senza risposta" é l'esistenza irremissibile" (Cfr Dall'esistenza all'esistente, Editrice Marietti, Genova, 1997, pag 55).

Pero eso será asunto de otro comentario... la nada Hd. más parece al "Il y a" de Levinas, pero describen realidades totalmente distintas, el primero la imposibilidad de la posibilidad de no ser y el segundo la condena a ser dentro del ser que hay.

martes, 1 de marzo de 2011

Documental sobre Heidegger

Para aquellos que les gustan los contextos biograficos como a mi, aqui les va un buen documental, (hablan, entre otros, shehan y Gadamer, y aparecen imagenes hermosisimas del bosque negro y de la cabaña en donde escribia heidegger):

http://topdocumentaryfilms.com/heidegger-thinking-the-unthinkable/