Interpretacion de la mundaniedad según Heidegger:
Corríjanme se me equivoco. La búsqueda del sentido de mundo es la búsqueda de los criterios de posibilidad (asi es como entiendo la palabra trascendental) del mundo en cotidianidad, osea una estructura existencial, un Ser del mundo. Dicha búsqueda no daría fruto alguno si partiéramos desde el mundo ontico, un punto de partida metafísico: como conjunto de entes, incluso en su totalidad, como Naturaleza. Por que? Porque las cosas no se nos dan primordialmente como entes. Fenomenicamente, en sentido pre-ontologico, existentiell, el humano y el mundo están fundidos en un mundo no diferenciado, ambiente, cotidianidad. Como buen fenomenólogo, le parece el autor esta cotidianidad un punto de partida legitimo para el entendimiento de la mundaniedad del mundo (de su concepto ontológico existencial).
Ahora bien, en ambiente, en cotidianidad, nos encontramos bien metidos en nuestras actividades y preocupaciones. Desde ahí, desde nuestra actitud hacia el mundo, como se presentan los entes? Principalmente, según Heidegger, como herramientas, mejor dicho, como equipo, cuya “equipedad” (utilitarieadad?) no es más que “algo para lograr…”. En otras palabras, en la cotidianidad andamos preocupados y ocupados de tal manera que los entes, dígase el famoso martillo, no aparecen como martillos sino como “eso para lograr martillar” (se me viene a la mente momentos de afasia en el colegio en que en la urgencia de la situación de terminar una tarea de artes plásticas, antes del primer periodo, le gritaba a algún compañera que me pasara “el chunche para trazar curvas”). Importante reconocer entonces que el martillo no aparece flotando independiente como ente, sino se nos muestra en cotidianidad dentro de una referencialidad y utilidad (el martillo es eso para lograr martillar un clavo en una tabla de madera, probablemente en una carpintería, etc.)
Asi Heidegger encuentra la categoría ontológica de los entes (en cotidianidad como herramientas): “readiness-at-hand”, o en una traducción tentativa: listo-para-su-uso. Por su parte, Dasein ante este readiness-at-hand se comporta cirumspeccionando con cuidado (perdón por la malísima traducción). Todo esto por supuesto lleva a consideracione de trabajo durante el cual “eso para lograr martilla” incluye “un clavo” (el “que” de la cuestión) exponiendo mas claramente el sentido de ambiente, complejo en toda la referencialidad del martillo en su uso.
Pero para encontrar la estructura ontológica de ese readiness-at-hand, Heidegger introduce el present-at-hand en un momento en que por ejemplo el martillo se quiebra, o hace falta, como que su utilidad sale a reducir a causa precisamente de la interrupción de nuestra actividad. Lo que importa aquí es que en ese breve momento en que se muestra como present-at-hand lo que revela es la estructura de readiness-at-hand como referencialidad y utilidad, la totalidad referencial. En otras palabra, cuando el martillo se quiebra y ya no puede ser utilizado, obviamente ya no se muestra como “eso para…” inmediatamente, sino que se percibe en la misma imposibilidad de utilizarlo su mera utilidad, su referencia como equipo de construcción, en otras palabra, mundaniedad.
Una herramiento dada como ready-at-hand apuntada por el breve present-at-hand a su categoría existencial de referencialidad debe entenderse como su participación en esa referencialidad. La estructura existencial de readiness-at-hand es participación activa, que en el fondo es el sentido de referencialidad. Importante, sin embargo observar que la totalidad referencial, martillo-martillar-un clavo-para construir repisa-para poner un libro-para que se nos facilite el acceso, siempre regresa a Dasein, osea que la totalidad referencial, la mundaniedad, para basándose en Dasein. Dasein esta en el mundo, pero también, Dasein es la base del mundo en su mundniedad, como totalidad referencial.
Conideraciones en relación a la obra de arte
En todo este esquema me llaman la atención la función del martillo roto, y la función del signo en oposición al sistema referencial que es al final mundaniedad. Ambos, uno por un tipo de revelación y otro por indicación sistemática muestran o ponen de manifiesto a la totalidad referencial en donde el ente como herramienta funciona. El signo de no fumar por ejemplo, señala y haciéndolo actua como herramienta, pero también al señalar pone de manifiesto la totalidad referencial de una universidad que incluye normas de conducta, como no fumar. Sospecho que el objeto artístico, como el martillo quebrado y el signo de no fumar, tiene para Heidegger una función similar de poner en manifiesto categorías existenciales, pero a niveles más básicos, estructuras ontológicas básicas de Ser. Basta mencionar que hay muchas obras de arte cuyo principal característica formal es simbólica y esfuerzos artísticos por desarticular la utilidad del ente como en el caso del famoso inodoro de Duchamp. En cualquier caso está claro que la obra de arte se presenta como desbaratador de cotidianidad, sea ese su objetivo principal o no. Talves a eso se refiere la muy utilizada formulacion: “el valor del arte proviene de su inutilidad”.
-frodo
PD: perdon por lo desabrido del post, pero me he propuesto estudiar sistematicamente la parte sobre mundo del libro, y quiero que sufran conmigo, ja!
Buenas comprensiones. Algunos comentarios:
ResponderEliminar1. Estrictamente hablando, para Hd el mundo es lo transcendental o la trascendencia pura y simple. Como tal, en efecto, traspasa antecedentemente (= a priori) toda fenomenalidad; de hecho, la hace posible, no como estructura mental (condición epistémica de posibilidad) sino ontológica (ser en general, cuya comprensión es desde siempre).
2. En efecto, las cosas no de dan ni en primer ni en último lugar como entes meramente ahí delante, pre-sentes. Fenoménica y fenomenológicamente, ser humano y mundo están “fundidos” –eso es lo que significa que el mundo sea a priori, que sea estructura originaria del existir, o más exactamente “parte” co-originaria de la apertura subjetiva. Ahora bien, si la referencia a la no diferenciación es a las cosas (entes) del mundo en la cotidianidad, esta indiferenciación no es ontológica ni óntica sino puro resultado del cuidado ordinario de la ocupación, cuidado que descuida —es decir, no se concentra en— la precisión sino en las tareas del día.
3. Buena explicación de la revelación de la estructura de lo útil y su referencialidad en la irrupción (interrupción o falla de la ocupación ordinaria) de lo meramente presente, ahí delante, aislado.
4. Buenas sospechas, sospecho… Ojo que este “desbaratar” la cotidianidad la muestra, pero no es sólo eso lo que mostraría el arte llamémoslo «exitoso», sino también algo específico del ser en el mundo incluso en nuestro existir cotidiano. Recuérdese que mostrar es revelar, descubrir, desocultar, que son el sentido ontológico de lo que aún llamamos “verdad”…